Nuestro paso por Agra: La ciudad del Taj Mahal

Si estas en la India ir a Agra no puede faltar en tus planes. Este destino es uno de los preferidos para los viajeros por el simple hecho de que allí se encuentra una de las siete maravillas del mundo: el Taj Mahal. Conocer este lugar es el sueño por cumplir de millones y nosotros no éramos la excepción. Cuando el día de nuestro viaje llegó fuimos invadidos por la emoción y por miles de expectativas que en su momento fueron ampliamente superadas en este encantado rincón de la India.

Estando en Nueva Dheli la forma más sencilla de llegar hasta Agra, es contratando a un conductor que te recoge a primera hora del día en el lugar en el que te hospedas.

Ahora bien, no es que nos falte arrojo para ir en tren y “vivir toda la experiencia India”, es solo que el caos de estas ciudades hace que cosas que se pensarían tan simples pueden complicar tu viaje. Si tienes el tiempo contado pagar una pequeña diferencia de más te trae miles de beneficios en términos de practicidad y además se tiene la ventaja de que todo es muy barato como para no considerarlo.

Nosotros tardamos tan solo 3 horas por una carretera tranquila y libre de tráfico con el mismo conductor que contratamos para pasear por Delhi, el amigable y carismático Mahinder, un caballero que recordamos con cariño por su amabilidad, calidez y sobre todo por ser el rey de la conversación con sus historias y su particular acento al hablar inglés. 

Una vez llegamos a la ciudad la primera parada fue para almorzar rápidamente la versión India de la Mc Burguer con pollo, especias y el infaltable toque picante que nos resultó bastante leve si lo comparábamos con otros lugares en los que terminábamos con fuego en la boca. Si como nosotros son poco tolerantes al “pica pica” siempre pidan del menú los platos que no tengan el icono del chile al lado. No aseguramos que no tenga ni una gota de picante porque al parecer todo lo lleva, pero por lo menos es más llevadero.

 Siendo un poco más del medio día nos dirigimos sin más demoras al Fuerte Rojo de Agra. 

Con lo primero que nos encontramos en esta inmensa construcción es con la gran muralla roja de 40 metros de altura que protege todo el complejo. El Fuerte Rojo se impuso ante nosotros haciéndonos sentir minúsculos y con un largo recorrido por delante que seguimos hasta llegar a la enorme puerta de entrada. En donde aparece ese cosquilleo en el pecho de anticipada emoción por lo que estábamos a punto de conocer.

Por dentro el complejo de jardines, palacios y salones es gigantesco y con la característica opulencia con la que vivían los emperadores mogoles de la época. Las vistas de este lugar son impresionantes y cada vez que te acercas notas los detalles artesanales que hacen especial cada rincón. El recorrido de aproximadamente 2 horas es realmente impactante y como si no bastara con ello, el Fuerte Rojo regala a los visitantes una tremenda vista del Taj Mahal, nuestro próximo punto dentro del itinerario.

Fuerte Rojo en Agra

Arquitectura del Fuerte de Agra

Finalmente llegamos al Taj Mahal en las horas del atardecer, la mejor hora del día para visitarlo.

Así como en el Fuerte Rojo, aquí se debe buscar la fila para turistas que es mucho más corta que la gran hilera de personas con la que te topas al llegar. Al entrar pasamos primero por el interior de la mezquita del Taj Mahal, respiramos hondo y nos preparamos para ver una de las 7 maravillas del mundo.

Al cruzar la entrada es imposible contener la emoción que vibra en el ambiente y que es transmitida por cada viajero que se encuentra en el recinto. Poco a poco descubrimos todo el escenario para no perdernos de ningún detalle y allá al fondo del camino estaba esta maravilla del mundo mucho más bella y mucho más impresionante de lo que imaginábamos.

Antes de correr como unos locos desquiciados hacia el Taj Mahal, nos contuvimos para apreciar con calma la mezquita color rojo y blanco por la que entramos, en sus paredes las escrituras del Corán incrustadas te dejan perplejo no solo por su belleza sino también por ser pasajes sobre el paraíso y fervientes peticiones de permitirnos entrar en él.

El camino hacia el Taj Mahal está lleno de jardines coloridos y canales de agua que van llevando a los visitantes hacia el increíble mausoleo de mármol e incrustaciones de piedras preciosas. Una vez parados en frente de él lo recorrimos y conocimos la historia de esta gran edificación con alma propia, que fue construida por el Emperador como tumba para su muy amada esposa.

Casi por terminar nuestra jornada comenzó el atardecer, fue en ese momento en que paramos un poco y nos sentamos tranquilos para observar sin pronunciar palabra, como el Taj Mahal cambiaba sus tonalidades gradualmente al cubrirse por el fuerte color naranja-rojizo del cielo. Un espectáculo que fue para nosotros tan increíble como difícil de superar.   

Taj Mahal. Agra

Para terminar el día no podíamos dejar de visitar el comercio de artesanías en Mármol de Agra. 

Nos dirigimos a uno de los muchos locales en donde además de poder llevarte un recuerdo, puedes ver el delicado y típico proceso artesanal de incrustación de piedras en Mármol. Hay toda una variedad de modelos y precios, nosotros optamos por los famosos elefantes y aunque hubiésemos querido llevar tamaños más grandes nos conformamos con los más pequeños y simplificar el peso de nuestro equipaje.

Llegada la noche nos dirigimos a nuestro hospedaje en los alrededores del Taj Mahal. Rendidos y con ánimos de solo dormir nuestro conductor nos informó de un pequeño detalle que no habíamos tenido en cuenta: El paso de vehículos por los alrededores del Taj Mahal es prohibido.

Fue así como nos despedimos del conductor, mientras dudoso nos miraba tomar un bicitaxi en el que acomodados como fichas de Tetris nos sentamos encima de nuestras muchas maletas.

Gracias a la expertise sin precedentes del bicitaxista al que llamamos nuestro héroe de Agra, llegamos enteros y sin terminar arrastrados en el suelo como era de suponerse.

Bicitaxis en Agra

Después de un buen descanso y antes de volver a Delhi teníamos que comprar algunos Suvenires de Agra. Al caminar por los alrededores del Taj Mahal, encontramos calles llenas de locales de artesanías y suvenires propios como los infaltables magnetos de mármol blanco. Cumplida la misión de compra nos dirigimos a tomar los autobuses disponibles en el día que nos llevaron hasta el punto donde los vehículos son permitidos y así reencontrarnos con el conductor que nos llevaría de nuevo a Delhi.

Tomamos camino y nos despedimos de este lugar al norte de la India, echando un último vistazo a la ciudad en el que conocimos uno de los lugares más increíbles que pueden existir y que nos regalo recuerdos que nunca se olvidan.

 

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