Nuestro paso por Abu Dhabi

Después de 24 horas de vuelo y   13,500 km recorridos llegamos a nuestro nuevo destino: Emiratos Árabes Unidos. Un lugar de reencuentro para nuestra familia, que como muchas va del timbo al tambo dejándose llevar por el destino del expatriado, lejos de los más queridos, de nuestras costumbres y sin certezas ni tiempos determinados en el que nuevamente estaremos tan siquiera en la misma zona horaria.

El lugar específico de encuentro fue el Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi, en donde llenos de alegría vienen los infaltables gritos de emoción y se van a la porra las apariencias y etiquetas justamente en uno de los lugares más lujosos del mundo.

Siendo la capital de Emiratos Árabes Unidos, Abu Dhabi cuenta con lugares increíbles y únicos que nos dejaron sin palabras. Es verdad que las excentricidades hacen presencia, pero fue posible conocerlo y hacer planes lindísimos sin sentir que quedábamos en la mismísima ruina. No solo porque se puede contar con un transporte publico excelente para moverse de un lado a otro, sino también porque los lugares más excepcionales son gratis o con un costo asequible que vale la pena pagar, teniendo en cuenta que se trata de atracciones que no tienen igual con cualquier otra cosa que hayas visto.

Nuestro paso por Abu Dhabi inicia en el Emirates Palace, el hotel más costoso del Mundo con tarifas desde los 400 hasta los 11.500 dólares. Su espectacular exterior está lleno de fuentes y espejos de agua que van marcando el paso hacia la entrada del suntuoso hotel, mientras que uno que otro Ferrari va desviando la atención y descolgando lentamente las mandíbulas de los turistas. Este palacio hecho hotel está abierto al visitante y deslumbra con sus pisos revestidos en mármol y cúpulas bañadas en oro. Recorrer el Emirates Palace es toda una experiencia, así como sentarse en su café para probar una de sus principales atracciones: el Gold Capuchino con oro de 24 quilates. Una excentricidad que nos permitimos por 60 dirhams, servido tan perfectamente que la verdad daba pena tomarlo. Después de reírnos por la pérdida de algunos flecos de oro por mi genial idea de soplar el capuchino y de la buena cantidad de agua regada mientras mi hermana intentaba manipular la tetera del te marroquí, vino la infaltable foto de estas pequeñas obras de arte y sin más esperas disfrutamos de nuestras bebidas.

Gold Capuchino. Emirates Palace. Abu Dhabi

Continuamos con las Etihad Towers un complejo de cinco edificios situado justo al frente del Emirates Palace. Solo basta cruzar la calle para toparse de frente con las impresionantes torres, tres de ellas residénciales y las otras dos con hoteles y comercio. En el piso 74 de la torre 2 se encuentra el observatorio “At 300”, donde es posible ver la ciudad desde lo alto. Los ingresos los puedes obtener online en su página web por unos 70-80 dirhams, de los cuales una parte son canjeables en bebidas y comida. En cuanto a fotos nosotros obtuvimos unas muy buenas desde el Emirates Palace y culminamos el día a la salida con otras cuantas que tomamos desde la fachada de las imponentes torres.

Etihad Towers. Abu Dhabi

El día siguiente fue destinado para el Palacio Presidencial, uno de los sitios que más nos impresionó de Abu Dhabi. Desde el inicio ya estábamos de boca abierta con el recorrido en autobús, que lleva a los visitantes por los jardines y exteriores hasta el punto donde se compran los ingresos. Con un costo de 60 dirhams por persona, tuvimos acceso a exteriores y al recinto Al Qasr Al Watan, un lugar tan impresionante que cuando lo vimos nuestros pies pasaron de caminar al jogging profesional para alcanzar sin más demoras la entrada principal.

Una vez dentro fue imposible no deslumbrarnos con el brillo, la arquitectura árabe y hasta el olor de este sitio. Las figuras geométricas de mosaicos y mármol llenan pisos, paredes y domos creando una atmósfera majestuosa.

Nosotros fuimos en las últimas horas de la tarde para recorrerlo y terminar con el “Lighting Show” que se presenta al final del día. Un despliegue de luces y música que se proyecta sobre la fachada blanca del Qsar Al Watan y como si de una gran pantalla se tratara el mármol del recinto se llena de colores con la visionaria historia de Emiratos Árabes Unidos. No es exageración decirles que fue algo que nunca habíamos visto en la vida y para nosotros uno de los momentos más extraordinarios y emocionantes del viaje. 

Palacio Presidencial Qasr Al Watan. Abu Dhabi

Otro lugar que nos impresiono enormemente fue la Mezquita Sheikh Zayed, una de las mezquitas más hermosas del mundo, en donde el ingreso no tiene costo alguno y está abierto a visitantes todos los días, exceptuando los viernes en la mañana en que solo se permite acceso a los fieles. 

Aunque las normas de vestimenta son muy estrictas cuentan con vestidores en donde a las mujeres les facilitan abayas para cubrirse completamente, incluyendo el cabello que no debe estar a la vista por ningún motivo.

Una vez cumplidas las normas nos dirigimos hacia la gran mezquita y cómo fue lo habitual en este viaje pasamos de shock en shock con esta maravilla del mundo moderno. Cada rincón es un espectáculo, sus techos están decorados con lámparas chapadas en oro de las que cuelgan cientos de cristales Swarovski, sus columnas de mármol cuentan con grabados en nácar que forman diseños de enredaderas florales y el piso del patio está pavimentado con grandes diseños florales en mármol. Un lugar para dioses donde nos sentimos como ínfimos mortales. 

No hay que olvidar que este es un lugar religioso por más que la emoción invada, nada de abrazos, ni besos, ni fotos coquetas con cabello al viento, a no ser que quieras a un guardia detrás tuyo por toda la mezquita. Lo del tema de los abrazos: Ni aunque sea tu abuela de cien años, el asunto es en general y no solo hace referencia al sexo opuesto. A nosotras por ejemplo nos llamaron la atención porque mi madre me abrazo para una foto y al final terminamos dándonos palmadas en las manos como niñas chiquitas cada vez que alguna por olvido lo intentaba.

Mezquita Sheikh Zayed. Abu Dhabi

El siguiente plan del viaje fue el Safari por el desierto, en el que fue necesario apartar 7 horas del día y por supuesto contar con 300 dirhams menos en el bolsillo.

Es mucho mejor hacerlo en el atardecer, momento en que el conductor nos recogió en nuestro domicilio y nos condujo varios km hasta un punto de encuentro, donde varias camionetas 4×4 se juntaron con nosotros para formar una caravana en la que nos adentramos en el desierto.

Poco a poco fuimos aumentando la velocidad al ritmo de la música árabe que sonaba en la radio y sin previo aviso comenzamos a descender de altas dunas a toda velocidad una y otra vez. Algo extremo para cualquiera y particularmente si vas con tu madre al lado, sacudida y agarrada de todo lo que pueda mientras que el conductor demuestra a toda marcha su osadía. 

30 minutos después finalizamos la Versión Árabe de Rápido y Furioso y llegamos al campamento del safari, un lugar bellísimo con varias tiendas dispuestas para experimentar la cultura del Medio Oriente. Aquí encontramos espacios destinados para fumar shisha, para los tatuajes temporales henna, tener contacto con los camellos y halcones y para disfrutar de la cena y el espectáculo de la danza de vientre. Terminamos el safari al anochecer y antes de partir apagaron todas las luces para poder ver el cielo estrellado del desierto por última vez.

Safari por el desierto. Abu Dhabi

Después de unas horas de descanso y como último plan del viaje recorrimos Corniche, un largo paseo marítimo con vías para el peatón, las bicicletas y los monopatines. Si se realiza el recorrido completo encuentras bares, cafés, restaurantes y la playa de Corniche. La vista del trayecto es increíble al atardecer en donde los colores naranjas que se van tomando el cielo hacen contraste con el mar y los rascacielos a lo lejos. Un escenario perfecto para la despedida del viaje unas horas antes de tomar el vuelo de regreso.

En el camino encontramos monopatines que están disponibles al bajar la aplicación y sincronizarla al código de barras del artefacto, una excelente opción para recorrer el lindo tramo de 8 km. Mala suerte para nosotros que la app tardo mucho tiempo así que ahí lo dejamos y seguimos caminando para aprovechar las horas que nos quedaban en este lugar que junta el mar con el dinamismo de la ciudad.

Llegado el momento nos dijimos hasta pronto los unos a los otros y nos despedimos de este increíble destino que maravilla constantemente con su cultura, su tenacidad y su extraordinaria visión.

Si ustedes cuentan con un poco más de tiempo no dejen de conocer el Marina Mall, El espectacular Museo de Louvre y la Isla de Yas con impresionantes atracciones como el Ferrari World, el Yas Waterworld y el Warner Bros World.

Corniche Road. Abu Dhabi

 

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